Más allá de la historia sobrenatural que Yuki Urushibara nos cuenta en Suiiki, la autora muestra una realidad que a partir de la década de los 60s asoló Japón: un éxodo rural y una industrialización que convirtieron al país en una potencia tecnológica mundial al cabo de los años.
Elegantes taquicardias perdidas en el tiempo. Miradas disfrazadas niegan pasos en falso a
los colibríes. Dulce mermelada de soles deja ciega a la incrédula infancia. Agazapada en
la esfera de la existencia, alcanza el tiempo para dejar de ser trivial. Carbonizarse ante la
impávida e inmutable hipocresía. Proscrita, apóstata… la sociedad con cara de limón.
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